Dándole vueltas a lo del pop nuestro de cada día, me he percatado – insight que dirían algunos – que lo del tropo pop = religión contemporánea es tan cierto cómo obvio. Dicho de otra manera, a fuerza de obviedad parece mentira, pero de hecho todas las prácticas sociales que envuelven el pop lo confirman. En otras ocasiones he disertado a propósito del carácter onírico de los clips – sólo hace falta ver las cortinas entre clips de la nueva – a Dios gracias – MTV España, para convencerse.
Lo que analizaremos en adelante es el carácter de ritual del concierto y cómo la vinculación del grupo o el artista deviene necesariamente trascendente aunque aparente contacto y proximidad. Dicho de otro modo, sólo en la medida en que la distancia es percibida se genera algún tipo de ad-mirar – mirar a – alguien o algo. Así, en la definición misma de mirar al altar – escenario – se produce la revelación en forma de espectáculo. Mirar el escenario supone necesariamente asumir la liturgia de algo que va a ser revelado: usualmente un mensaje. Dicho mensaje apela menos al intelecto que a los afectos – de hecho en la música pop la letra es siempre un buen complemento a lo importante. Si no se lo creen, intenten recordar una buena canción con una mala música y una buena letra – ¡a qué no pueden! – viceversa es fácil, son la mayoría de las que recuerdan.
2 comments:
Gràcies per posar-ho al seu espai, ja sap que a falta del meu blog és on millor pot estar.
TQM
Joiosa i orgullosa de poder posar-ho al meu espai. Quan passin uns anys, m'agradarà tornar-hi. Per mi, són records inborrables quem'agrada conservar perquè em fan sentir viva i desperta.
TQM
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