Wednesday, June 13, 2007

NO MÁS PARACUELLOS*

" Todos estos niños habían sido educados sin afecto y habían sufrido una severidad y una brutalidad irracionales. Ninguno de ellos había visto satisfecha su necesidad de afecto (...).
Todos estos muchachos habían sido golpeados y atacados cuando se sentían dueños de la situación. En cada caso se podía fácilmente observar una reacción de odio (...).

Primeramente tuvimos que compensar esta falta de cariño y luego, gradualmente y con gran precaución , empezar a exigir a los niños (*).
En la Institución, la agresividad que había resultado efectiva en el ambiente anterior, no producía el resultado esperado y anhelado.
(...) Cuando un muchacho fallaba en su intento de alcanzar la reacción deseada, sólo podía ser porque no era bastante agresivo. Por esto debe aumentar su agresividad hasta una intensidad que acarree del educador la severidad inconscientemente deseada. Esta severidad tenía que ser provocada a fin de ofrecerle una base una base racional para odiar al educador. Si no conseguía asegurarse esta reacción, ya no tendría justificación para su actitud total hacia la vida.
Es fácil comprender que la agresividad sólo puede alcanzar cierto grado. Si no contenemos ese curso, es inevitable una explosión. Como no nos opusimos a la conducta destructiva de este grupo, su agresividad debía topar forzosamente con un límite.
La solución del problema de est grupo fue debida a la paciente tolerancia de los educadores."

August Aichhorn " Pedagogía Social: Cartas para navegar en el nuevo milenio"

*P.D.: Los niños que aparecen en las historias de Paracuellos son, la mayoría de ellos, inofensivos incluso tiernos... pero son agredidos por sus educadoras que sólo imponen y no dan afecto... muy, muy triste