"Parecías ahogada
definitiva y noble,
como la cabellera
que flota con la luna.
Pero te levantaste,
y me diste la mano,
y cruzamos la casa,
y llegué hasta la parte
más tuya de mi sueño,
y descansé contigo".
Fragmento de "Crimen en la noche de un sábado"
de Luis García Montero