Esta mañana no pude evitar fijarme en los jóvenes universitarios y sus conversaciones. Todo ello, me ha envuelto en los recuerdos de mi era universitaria en la que apareciste tú. Recuerdo las mariposas en el estomago cada vez que hacia campana para quedar contigo. Esos viajes interminables en metro, los pasillos que se me hacían larguísimos hasta llegar a la luz y verte allí sentado, llegar hasta ti, mirarte, olerte, besarte...
Recuerdo el primer libro que me regalaste: "Las penas del joven Werther", nuestro primer concierto a la Sala KGB, ... Invisible Límits, nuestras primeras noches de fiesta, nuestras derivas y escapadas secretas (jamás lo conté). Recuerdo también la primera noche en la que nos amamos en la parte trasera del coche.
No cambiaría nada de lo que hemos hecho hasta el momento. Si pudiera retroceder, me gustaria vivir los mismos momentos mágicos e inolvidables que me hicieron y me hacen sentir viva, llena, joven y jovial. Te quiero