“Si
amas el cine lo suficiente, puedes hacer películas extraordinarias. No es
necesario ir a una escuela o saber distinguir una lente de un puñado de arena.
Basta con poner las manos sobre una cámara y seguramente podrás realizar una
película como las de Godard”
Quentin
Tarantino (Ramón Alfonso; “El Samurai Cool”)
Lo cierto es que si
yo fuera directora de cine, jamás me fijaría en el encumbrado Godard, para mi
gusto, sobrevalorado.
Tampoco tendría en
cuenta esta cita de Tarantino, tan modesta que resulta pedante. De hecho, el
autor de Pulp Fiction (1994) se expresa mal. El chico del Vídeo
Archives, con sobrada cultura cinematográfica tenía muchas ideas para
escribir un guión. Desde mi punto de vista, la base de cualquier realización cinematogáfica.
Para entender mejor
esta expresión debemos añadir que Tarantino no fue al instituto, ni a la
universidad. Ni tan siquiera terminó sus estudios de interpretación donde su
talento como guionista despuntaba antes que sus dotes como actor.
Antes de dirigir su
ópera prima; Reservoir Dogs (1992), Quentin tuvo diferentes intentos
fallidos para hacer realidad su sueño. De estas pruebas salieron buenas ideas
cómo un guión para el director Tony Scoot; True Romance (1993) y una experiencia caótica con muchas ideas
pero con poca experiencia en montaje; el cortometraje My best friend’s birthday
(1987) parece más un trabajo de fin de curso. Además, nótese el peso de los
diálogos en el corto, - no hay acción - si le dan cuerda a Tarantino,…
(Anécdota: Pulp Fiction tenía tres horas y media de metraje. La montadora Sam Menkes aligeró la cinta eliminando escenas brillantes a la par que superfluas. Adivinen…diálogos o, mejor dicho, monólogos.
Lo cierto es que el entusiasmo y los principios amateur de Tarantino me motivan a realizar un proyecto con pocos recursos, una idea clara y poco diálogo.
(Anécdota: Pulp Fiction tenía tres horas y media de metraje. La montadora Sam Menkes aligeró la cinta eliminando escenas brillantes a la par que superfluas. Adivinen…diálogos o, mejor dicho, monólogos.
Lo cierto es que el entusiasmo y los principios amateur de Tarantino me motivan a realizar un proyecto con pocos recursos, una idea clara y poco diálogo.