Thursday, September 18, 2008

PEQUEÑAS HERIDAS

Aguantar el chaparrón es lo que más me cuesta en este mundo. Que conste que hago el intento de contar hasta diez y difícilmente llego al seis sin que me brote alguna lágrima en mis mejillas si he tenido algún disgusto. La subjetividad de los sentimientos siempre me vence. Ya lo ven, no soy una mujer dura, aunque a veces quiera aparentarlo. Tal vez para protegerme de los malos momentos, cuando creo que los demás me fallan. Digo creo, porque quizás no es la intención de los demás el hecho de que yo lo pase mal, pero cuando esto ocurre, me siento muy sola, desorientada y solo veo nubarrones en el horizonte.

Haga un recuento.Con cuantas personas puede contar realmente en su vida ? Sea sincero, consigo mismo/a. Yo creo que puedo contar con dos: mi pareja y yo misma. Mi família también, aunque a veces tengo la sensación de estar de más. No sé. Realmente, no sé ni quiero saber como són los demás ( fuera del círculo de personas que he nombrado). He intentado, últimamente, evitar las relaciones superficiales con los demás. He buscado personas senzillas con las que me pueda entender y establecer una relación de mínima amistad. Yo hago lo que puedo, pero recibo a veces, un vacío a cambio. ¿ Qué debo hacer ?¿ Debo hacer caso a los míos y tener en cuenta ínfimamente la conducta de los demás y actuar de igual forma o con indiferencia ? ( yo eso no lo sé hacer ); o bien, debo tener en cuenta los malos y los buenos momentos que me ofrece cada relación...

Punto 1: Aunque los tuyos (família) intentan protegerte cuando te disgustas con los demás, no puedes tomar a rajatabla sus consejos. Tampoco son los más justos teniendo en cuenta que ellos tambiés te lo hacen pasar mal, a veces.

Punto 2: Los compañeros de trabajo, son compañeros de trabajo. Sus palabras tienen para mi, sentido nulo sino tiene una intencionalidad claramente constructiva; o lo que es lo mismo: "las palabras me las tomo de quien vienen". Cada vez desconfio más de las relaciones profesionales.

Punto 3: No negaré haber tenido un disgusto que no voy a demostrar a las personas que me han fallado. Con el disgusto me he tropezado y casi me caigo si no llego a poner la mano contra la pared. Me hecho dos rasguños en los nudillos. Estas pequeñas heridas ya se curarán. Las de mi interior, cicatrizan, pero siempre estan ahí.

Hoy, estoy harta de ir detrás de los demás y recibir migajas a cambio.

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