Este año ha sido demasiado duro para mí, en muchos aspectos. Aún así, he aprendido a moderar ligeramente, mi temperamento; intentando no discutir o siendo sincera con las personas que aprecio, aunque sean dos principios que no liguen demasiado, la mayoría de las veces. También he aprendido a expresar, de forma verbal y transparente, mis deseos a mi pareja. Pero, la inseguridad todavía es dueña de mi persona y me resulta difícil, pensar que no molesto a nadie. Pues temo ser una carga para los demás y no me relaciono mucho. Tampoco hay gente que valga la pena, a parte de mi familia y mi pareja, claro está. Lo cierto es que mes siento muy sola. Y, aunque la soledad puede ser productiva, en demasiadas ocasiones me siento demasiado triste.
Para el año que viene, sólo pido salud para todos mis seres queridos, afecto y tener la capacidad de responder, de forma madura, a todas mis preguntas. Ya que la prosperidad económica y el camino hacia la emancipación, se me antojan demasiado complicados y lejanos, en estos difíciles momentos.